Homo Sacer ( “el hombre sagrado” o “maldito el hombre”) es una oscura figura del derecho romano: una persona que está prohibido, puede ser asesinado por nadie, pero no puede ser sacrificada en un ritual religioso. La persona está excluida de todos los derechos civiles, mientras que su vida se considera “sagrado” en un sentido negativo.

 Ricardo Forster dice, “Giorgio Agamben va dibujando, desde las antiguas formas del derecho romano la figura del homo sacer, del hombre matable pero insacrificable, criatura desprovista de todo derecho al que puede asesinarse sin que el asesino pueda ser juzgado ya que la misma ley crea las condiciones de su exculpación. Detrás de la investigación erudita del filosofo italiano lo que subyace es la presencia continua, en la historia de occidente pero intensificada en la institución de la soberanía y el Estado modernos, de esa figura del homo sacer que ha dejado de ser una nota al margen del arcaico derecho romano para venir a representar la tragedia de las políticas concentracionarias propias del siglo veinte, políticas que se basan precisamente en la posibilidad de matar sin penalización alguna de todos aquellos que son homo sacer, hombres-parias, masas extranjeras reducidas a la nada por las estrategias del exterminio”.