La propuesta artística y conceptual del proyecto  giran en torno a la necesidad de recuperar la memoria histórica. Habitando la distancia es un proyecto que bucea en uno de los periodos más oscuros de nuestra reciente historia: el intento de control de las mujeres, por parte de los poderes públicos, para que se conformen de acuerdo con el del arquetipo de lo femenino por ellos estipulado. Dentro de un lenguaje completamente masculinista, las mujeres conforman lo no representable, es decir, el sexo que no puede pensarse, una ausencia y una opacidad lingüísticas; el apoyo, según Luce Irigaray, de una economía significante, falocéntrica y cerrada, que consigue su objetivo totalizador a través de la exclusión total de lo femenino.

El proyecto, por un lado, nos muestra de una forma sutil y poética, el esfuerzo realizado por la maquinaria política y eclesiástica del Estado Español, obsesionada por el control del poder y de todo aquello que sonara a libertad y, por otro, las consecuencias de esta represión en el ámbito de lo femenino. El régimen militar instauró una cultura del miedo que impregnó todo el tejido social, obligándolo a regirse por la prohibición, la exclusión, la persecución y el castigo. Este régimen patriarcal y machista, hizo desaparecer, de la noche a la mañana, los diversos avances que con tanto esfuerzo habían ido conquistando las mujeres desde principios del siglo XX.

La exposición  es una destacable propuesta estético – conceptual pero, además, es una profunda reflexión espacio-temporal en relación a las políticas de género e identidad donde, sin embargo, la memoria entra en juego no sólo como un ejercicio de identidad, sino como un espacio de cuestionamiento de una historia que, desde la oficialidad o la marginalidad, borra las genealogías femeninas del mapa del recuerdo.